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Esta ruta marítima recorre los acantilados de la sierra de Toix hasta llegar a la Cala Gasparot, que solo es accesible a través del mar, es una ruta increíble por su precioso paisaje. Tiene una distáncia de 3,5 kilómetros de los cuales más de 2 km son acantilados de rocosos.
Salimos desde la Playa de Mascarat, surcando sus tranquilas aguas sobre las que nos deslizábamos casi sin esforzarnos. El primer punto donde nos detuvimos a contemplar el paisaje fue la Punta del Mascarat, un precioso saliente rocoso con abundante vegetación y pinos. Una vez lo atravesamos ya pudimos contemplar los acantilados que más tarde recorreríamos, pero primero bordeamos la punta hacia la cala.
Poco después nos dimos el primer baño refrescante antes de llegar a la Cala del Racó del Corb que queda especialmente protegida y contemplamos sus fondos desde arriba de nuestras tablas. El contraste entre las zonas arenosas, las rocas y la pradera de posidonia se podía observar perfectamente y junto al mar tan en calma creaba una sensación de calma casi hipnótica.
Continuamos remando por los acantilados, observando desde el mar su majestuosidad y como bajaban al mar casi verticalmente. Vimos bastantes personas haciendo escalada y rappel en distintos puntos. También sufrimos las amenazas de varias gaviotas que en abril empiezan el anidamiento y defienden a capa y espada a su prole, incluso con bombardeos preventivos muy certeros.
Casi al final hay una cueva que se puede acceder escalando por las rocas y es un poco peligroso así que no recomendamos su visita. Y si decides visitarla te esperamos que seas muy cuidadoso con un entorno natural tan delicado como son las cuevas. Remando un poco más llegamos hasta el Morro de Toix desde donde ya pudimos divisar el Peñón de Ifach y remando un poco más llegamos a la Cala Gasparot, accesible solo desde el mar. Aquí descansamos un poco, comimos y nos dimos un baño antes de retomar el camino de regreso.
El oleaje y el viento habían crecido bastante desde la mañana, como es normal a mediodía, pero ahora nos soplaba de espaldas por lo que nos ayudó a regresar. Por toda esta zona suelen pasar barcos y motos de agua que crean olas a su paso que puede desestabilizarnos sobre la tabla así que hay que ir con cuidado cuando pasan cerca de nosotros.
Para rematar este día increíble nos pusimos el equipo de snorkel, con neopreno, gafas y aletas que cargamos durante el viaje y nos sumergimos en en la Cala del Racó del Corb. Esta cala tiene un precioso fondo marino y pudimos observar de muy cerca un cormorán y una sepia que se encontraba semienterrada en la arena.
Os recomendamos encarecidamente esta ruta para hacerla con kayak o paddle surf y disfrutar de las preciosas vistas que hay durante todo su recorrido. ¡No os dejarán indiferentes!